#294: Goleador ninguneado - 2013-08-01

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Al escuchar las exigencias de la tatarabuela, Eliana decidió anotarlas en un papel y hacer un esquema de las combinaciones posibles. Sólo hizo una pregunta adicional.

- Oigan, ¿quiénes van a estar al arco? ¿Hugo y Catalina?

- ¡No! ¡Yo quiero estar al arco hoy día! - anunció Javiera - Ya que no voy a jugar en el mismo equipo que Pablo...

- ¡Yo tampoco quiero dejar mi puesto! ¿Al cachipún?

Hugo, Catalina y Javiera juegan "cachipún" (así le llamamos en Chile al juego de Piedra, Papel y Tijera). Hugo saca papel mientras que las niñas sacan tijera.

- Ya, Hugo, perdiste. Yo y la Javiera al arco.

- ¡Muy bien! - dice Eliana.

- ¿Bien? - protesta Hugo.

Eliana les muestra a todos lo que estaba escribiendo.

- Hice una tabla que representa las posibles combinaciones de equipo que se pueden hacer según las exigencias de mi tatarabuela. Según mis cálculos, si Catalina y Javiera están en equipos separados, sólo hay ocho combinaciones posibles.

- Interesante. ¿Cómo lo hiciste?

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- Fácil. Como los pololos no pueden estar en el mismo equipo, Catalina tiene que hacer equipo con Pablo, y Javiera con Mario y Arnoldo. Por otra parte, Hugo y Carola tampoco pueden estar en el mismo equipo, y como tienen que haber tres chicas en cada equipo (ya que somos seis), las otras tres debemos estar dos en un equipo y una en el otro.

Todos miraban atónitos la explicación de Eliana. Quizás para un matemático esto no tendría gracia, pero hay que recordar que Eliana sólo tiene 11 años.

- Rosa yo no podemos estar en el mismo equipo, ya que si estamos con Carola más una arquera seríamos cuatro chicas, y si estamos con Hugo seríamos tres hermanos en el mismo equipo, lo cual también está prohibido. Esto también significa que Carola y Alejandra tampoco pueden estar en el mismo equipo, por lo tanto Hugo y Alejandra deben estar en el mismo equipo, y Carola con Pedro deben estar en el otro equipo para que hayan dos hermanos Martínez Gómez por equipo.

- ¡Muy bien¡ - aplaudió Gastón - ¿Qué hay de Rafael y yo?

- Bueno, son hermanos, así que tampoco pueden estar en el mismo equipo, pero aparte de eso da lo mismo en qué equipo estén. ¿Quién se me olvida? Ah, sí, Antonio. Como no hay otro chico con quién pueda cambiar, debe estar en el equipo de Catalina. No tiene otra opción.

- ¡Aaargh! ¡Cómo odio las Matemáticas! Bueno entonces, resumiendo... - Catalina preguntó, tomándose la frente como con dolor de cabeza - ¿Cuáles son las opciones?

- Las opciones son: Gastón o Rafael; Rosa o yo; Hugo y Alejandra, o Carola y Pedro. Dos por dos por dos dan ocho combinaciones posibles.

- Vaya... Javiera, ¿al cachipún quién decide primero?

- ¡Claro!

Catalina sacó piedra, y Javiera sacó papel.

- ¡Bien! ¡Elijo a Hugo y Alejandra!

- ¡Agh! Bueno, me quedaré con Carola y Pedro... Además elijo a... ¡Rosa!

- ¡Muy bien! ¡Me quedaré con Gastón!

- Ok, Rafael jugará pa' mi equipo.

Rosa se sonrojó. El año pasado ambos habrían quedado en equipos separados de mutuo acuerdo, pero claramente las cosas han cambiado desde esos días que Rosa ya estaba comenzando a añorar.

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- ¡No te veo muy contenta con tu equipo, Catalina!

- ¡Es que me dejaste a los dos mocosos de cuarto!

- ¡A quién llamas mocoso! - protestó Pedro.

- ¡A ti, mocoso altanero! ¡Siempre presumiendo de ser bueno pa' la pelota, y nunca has podido meterme un gol! ¡No sé cómo puedes impresionar a mi hermano, pero a mí no me agrada la idea de tenerte en mi equipo!

- ¡Catalina! - protestó Pablo - ¿Hace cuánto que no ves a Pedro jugar a la pelota? ¡Desde que empezaste a pololear con Arnoldo que no hemos vuelto a jugar juntos!

- ¡Pero es muy lento!

- ¡No necesita ser rápido para ser nuestro pateador estrella! ¡Además, mi polola es muy fuerte, necesitamos a alguien poderoso para batirla!

- ¡Pero para eso está Rosa! ¡Y Pedro no patea tan fuerte como ella!

- ¿Ah, no? - Pedro se enfureció - ¡Dáme ese balón! ¡Yo te mostraré de lo que soy capaz ahora!

Javiera estaba levantando a Hugo del polerón, haciéndolo entender que ella era mejor al arco que él. Cerca de ella estaba el arco opuesto al lado donde Catalina y Pedro discutían. Entonces, Pedro lanza un cañonazo que remece toda la cancha, aterrorizando a Hugo y Catalina.

- ¡Oh, cielos! ¡Pedro es un monstruo!

- ¿Crees que puedes atajar algo como eso, Catalina?

- ¡Está bien, tú ganas, Pedro! ¡Creo que hice mal en menospreciarte!

Sin embargo, Javiera no estaba asustada. Al contrario, aún se veía extrañamente sonriente. Quizás le dio risa la expresión en el rostro de Hugo.

María entonces distribuyó pecheras de colores para todos los jugadores de cada equipo, menos para Catalina y Javiera.

- ¡Muy bien, niños! ¡Van a ser dos tiempos de 20 minutos cada uno, con gol de oro en caso de empate!

Empezó atacando el equipo de Javiera. Eliana recibió un pase de Hugo a una altura inalcanzable para el común de los mortales, y de un par de pasos ya estaba en posición de ataque. Da un pase gol a Gastón, cuyo lanzamiento Carola trata de detener pero sólo complicando más las cosas para Catalina, quién sin embargo logra atajar.

- ¡Nunca aprendes, Carola! ¡Supongo que tendré que ser arquera y defensa a la vez! ¡Rosa, es tuya!

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Catalina lanza un pase largo a Rosa, que impacta directamente sobre su cabeza. Pedro recibe el balón por ella, y se dispone a disparar desde ahí mismo.

- ¡Este no lo vas a ver, obesa!

Mario hace las veces de defensa, poniéndose entre Pedro y el arco.

- ¡No pasarás!

- ¡Sale de mi camino si no quieres salir herido!

Pedro entonces lanza un tiro directo al cuerpo de Javiera, quién a duras penas logra detenerlo.

- ¡Lo tengo!

- ¡Vaya, tuviste suerte!

- ¡Has mejorado mucho, Pedro! ¡Pero yo también! ¡Ya verás!

Esa mañana las arqueras estuvieron inspiradas, sobre todo Javiera, que se mostraba como seria alternativa en este grupo de jóvenes que comenzaba a formarse. O quizás los demás estaban fuera de práctica o no acostumbrados a jugar en multicancha techada con piso de parquet...

La cosa es que sólo hubo un gol durante el primer tiempo.

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