Oye, Eliana. Así que vuelves a la docencia, ¿no?

¿Perdón?

Supe que se va la profe Se­púlveda...

Sí, es cierto. Pero no, no voy a volver. Ya se consiguió a otro profesor.

¡Híjoles! ¡Qué mal!

¿Mal por qué?

¡Fuiste muy buena cuando estuviste! ¡Explicas mucho mejor que la vieja loca de tu tatara­buela!

¡Oye! ¡Ni te arrugas para insultarla!

¡No te ofendas! ¡Sabes que es verdad! ¡Dice cada disparate la pobre!

¡Ah, y más vale que el nuevo profesor sea bueno como la maestra Matilde o como tú!

¡Si es otro pelele como la Leticia o el Osvaldo, yo misma le pediré que se vaya!

¡Y tendrás tú que cerrar el año escolar! ¡Jajajajaja!

¡Ay, me da miedo tu compañera!

¡No le temas! ¡La bruja Alicia está loca y tiene un aspecto terrible, pero es inofensiva!

¡A quién llaman loca! ¡Ajajajaja!

¡AAAAAAAHHH!