La semana había sido muy intensa, sobre todo para Hugo y Eliana, quienes trabajaron duramente en el proyecto, hasta el momento denominado “X-25”. Como ya vimos, el domingo se unió Carola, después de un mes de vacaciones en Italia, a trabajar en la parte mecánica del aparato. Hugo era el diseñador de los circuitos electrónicos y armador de la parte eléctrica, mientras que Eliana se dedicaba a programar el código de máquina y a ensamblar los circuitos que Hugo no podía ensamblar, además de verificar que todo esté correcto.
Sábado 29 de Enero de 1995.
“ Clara, hijos míos. ” - comenzó don Juan con su discurso esa mañana. - “ Ayer por fin me pagaron el finiquito por los meses que trabajé en Radio FM. Con ese dinero vamos a comer durante estos días y también vamos a comprar los útiles y uniformes escolares que necesitemos. Niños, ¿quiénes de ustedes necesitan uniforme nuevo?”
Rosa y Pedro levantaron la mano.
- “ El uniforme del año pasado ” - señaló Hugo - “ me quedaba algo grande, así que creo que ahora me va a quedar bien. Creo que puedo seguir con el mismo uniforme durante este año. Zapatos nuevos ya tengo, los que compré en Noviembre. ”
- “ Yo estoy prácticamente igual que el año pasado. No necesito uniforme nuevo. ” - agregó Eliana.
- “ Yo necesito jumpers y calcetas nuevas. ” - añadió Rosa - “ Las blusas todavía me quedan bien, los zapatos también, y no se me han roto todavía. ”
- “ Y yo necesito todo nuevo. ” - finalizó Pedro.
- “ Bien. Rosa y Pedro, hoy mismo vamos a ir a comprar uniforme. ” - señaló doña Clara - “ Entre mañana y el lunes vamos a comprar los útiles. ”
- “ Gracias, Mamá. ”
Todos pausaron durante un momento, mientras tomaban leche y comían unas sopaipillas pasadas que doña Clara hizo. Luego, don Juan prosiguió:
- “ Además, anoche me llamó mi querida madre. Dijo que ya había comprado los boletos de avión. Son para el 1 de Febrero a las 21:45. ”
La emoción embargó a todos, más aún que el día en que los pasaportes de toda la familia fueron renovados.
- “ El plan es el siguiente. Son seis horas en bus de aquí a Santiago, más dos horas hacia el aeropuerto. Vamos a salir a las ocho de la mañana, así que si Dios quiere estaremos aproximadamente a las 14 horas en Santiago. Luego, almorzaremos y nos iremos al aeropuerto. Tendremos bastante tiempo por si acaso algo llega a suceder en el camino. ”.
Todos asintieron con la cabeza.
- “ El avión hará una escala en Nueva York. Vamos a llegar allá en la mañana, y como a mediodía saldremos a Japón. Allá llegaremos en la tarde del día siguiente. ”
- “ ¿Tanto tiempo para llegar a Japón? ”
- “ Sí, pero no es tan grave porque hay una diferencia de 13 horas. Son cerca de 15 horas, más 12 horas de Santiago a Nueva York y tres horas en la escala, total de 30 horas. Entonces llegaremos al Aeropuerto Internacional de Narita, cerca de Tōkyō. ”
- “ Y de ahí son como ocho horas en tren. ”
- “ No esta vez, Clara. Es una hora en tren desde Narita a Tōkyō, pero después tomaremos el tren bala, el cual nos dejará en Ōsaka en sólo tres horas. ”
- “ ¿En serio? ” - interrumpió Eliana - “ ¿Quedó operativo el tren bala después del terremoto? ”
- “ Mamá me dijo que el servicio se había reestablecido parcialmente, pero sólo hasta Ōsaka. De Ōsaka a Kōbe no hay tren. Una vez en Ōsaka veremos qué hacer. De todos modos, puedo llamarla por teléfono si nos perdemos, y nos vendrán a buscar. Pero ella quiere que vamos ahora, no para las próximas vacaciones. ”
Al poco tiempo después de terminado el desayuno, llegó Carola a la casa. Hugo la recibió con un beso, y rápidamente se pusieron manos a la obra. Eliana ya estaba en el taller, trabajando silenciosamente en la circuitería del robot.
- “El Lunes van a estar listas las fotos que saqué en Italia. Algunas plazas, monumentos, cosas así. Ya te dije que fue muy aburrido allá. Mandé a sacar una copia de algunas fotos, para que me recuerdes cuando estés en Japón.”
- “Ah, sí. Japón. Por cierto, nos vamos el miércoles.”
- “El miércoles, tan pronto.”
- “Sí. Pero ya falta poco para terminar. El martes planeo tener todo listo para la primera prueba de funcionamiento.”
- “¡El martes! ¡Pero si falta toda la parte mecánica!”
- “No es tan grave como pensábamos. Hay 16 partes móviles, y Eliana ya hizo los cálculos de la fuerza que cada parte necesita para que el robot se mueva.”
- “¿¡En serio!? ¡Pero esa parte es muy complicada! ¡No sé si tenemos el conocimiento suficiente de Física como para...!”
- “Eliana dijo que no lo tenemos. Ya te dije que mi hermana es un genio. Pasó una mañana entera en la biblioteca, y antes de irse a dormir ya tenía listo el esquema de los brazos y piernas, con lujo de detalles.”
- “Eso no lo creo. No lo voy a creer hasta que vea al robot de pie y moviéndose.”
- “Yo tampoco puedo creer que estemos tan avanzados. Además, mira esto.”
Hugo le muestra un circuito ubicado dentro de la caja de metal que Carola estaba armando.
- “...”
- “¿Qué pasa, Carola?”
- “Hugo. Creo que es momento de decirte... decidí que voy a ingresar a Mecánica Industrial en vez de a Electricidad.”
- “¿En serio?”
- “Sí. Tomé esa decisión en Italia. El marido de una tía que tengo allá es Ingeniero Mecánico. Estuve con él en la planta donde trabaja. Es una fábrica de equipos industriales y grupos electrógenos. Él está a cargo de todo el proceso de producción.”
- “Oh...”
- “Por supuesto, ahí también trabaja un ingeniero eléctrico. Quién sabe, quizás terminemos trabajando allá cuando grandes...”
- “Sí, quién sabe. Pero yo voy a seguir en Electricidad. Aunque me gusta más el área Electrónica.”
- “Ya me di cuenta.”