- Clara: ¡Eliana! ¿Desde cuándo que estás así?
- Eliana: Me pongo “turnia” cuando siento emociones fuertes, rabia, tristeza, miedo, alegría. Creo que la primera vez fue cuando usted me cortó el pelo...
- Atsuko: ¿Eh? ¡Tienes el cabello muy largo? ¿Lo tenías aún más largo que esto?
- Eliana: Es más complicado que eso, abuelita. Hasta septiembre del año pasado, mi cabello se mantenía más o menos al mismo largo, más o menos un metro y medio. Entonces tuvimos una pelea con mi mamá, y me cortó el pelo hasta un poco más abajo de los hombros.
- Clara: Sí. Y después, esta niña me hizo una protesta, y dejó de comer. ¡Casi se muere mi niña por esa tontería! Obviamente, su pelo no creció más hasta que volvió a comer.
- Eliana: (cabizbaja) Sí, así es. Y cuando yo estaba en el hospital, en recuperación, mi pelo comenzó a crecer de manera desenfrenada. Ahora tengo que cortármelo cada cierto tiempo, o se vuelve muy pesado y no puedo cargar con él.

Clara y Eliana se abrazan, para demostrar que ese incidente ya quedó en el pasado.

- Atsuko: Oh... esto es sorprendente. Y tu cabello está bien bonito.
- Eliana: No ahora. Lo he descuidado últimamente. Mañana en la mañana voy a arreglarme.
- Atsuko: Y dime una cosa... ¿Te gusta andar con el cabello así tan largo?
- Eliana: Es lo único lindo que tengo de mi cuerpo.