Luego de un breve paseo por los alrededores de Minakami, nuestros héroes partieron en tren a Tōkyō, desde donde tomaron el tren bala a Ōsaka, llegando ya de noche a la casa de los Nishida.

Allá, los esperaba una gran cantidad de mensajes, ninguno de ellos urgente, pero que de todos modos debían ser entregados en distintos lugares de Japón.

No había otra cosa que hacer hasta el fin de semana, así que durante el Jueves y Viernes optaron por entregar los mensajes con destino poniente, viajando a lugares como Himeji, Okayama, Hiroshima y Yamaguchi (el Jueves) y a Hakata y Kumamoto el Viernes.

El Sábado todos se levantaron relativamente tarde, para estar descansados. Pronto, aparecerían los abuelos, Atsuko Nishida y Carlos Martínez, para preparar el ya anunciado duelo entre Shigeru Nishida y Juan Martínez.

De desayuno, los anfitriones prepararon un desayuno típicamente japonés, con arroz, sopa miso, una porción de frutas del bosque, y unos pastelillos traídos por los abuelos.