Juan y Shigeru se miraron a las caras un buen rato. Juan se veía más enrabiado, tratando de disimular su nerviosismo, mientras Shigeru se veía tranquilo, con una mirada poco expresiva, un tanto soberbia. Sus madres también estaban una frente a la otra, apostando a la victoria de sus hijos, aunque en el fondo Atsuko también sabía que no se le podía pedir mucho a Juan.

Naoko vino sola, ya que sus padres tenían un compromiso. Ella no se hacía problemas, ya había viajado varias veces sola. Era una chica muy independiente, que prácticamente hacía todas las cosas en la casa, ya que sus padres pasaban en actividades.

Aparte de ella, la casa tenía varios invitados, la mayoría alumnos adolescentes de la escuela de Karate. De la familia, también estaban Miguel Martínez y unos sobrinos de Misato Uchida.

Se decidió que el árbitro fuera una persona neutral, ajena a la familia. Cuando Ryouko dijo su nombre, Rosa saltó inmediatamente de su asiento, ya que era el remitente del mensaje que el señor Tsuneyuki, el abominable hombre de las nieves de la bahía Ishikari, rechazó el lunes pasado.

Pronto empezaron a luchar. Durante los primeros segundos, Juan y Shigeru se estudiaron el uno al otro, lanzándose algunos golpes falsos para verificar los reflejos del otro. Shigeru fue el primero en atacar, y Juan apenas pudo esquivarlo.