#325: Echo de menos mi casa - 2014-06-02
¡El director! ¡Qué horror!
¡Síii! ¡Yo me imaginaba que podría ser un anciano viudo igual que yo, no un viejo casado!
Anciano... viejo...
¡Claro que hay una diferen-cia! ¡El director tiene como 40 años menos que yo, pero es un viejo inso-portable! ¡Ni que estuviera soltero!
¿Qué vas a hacer ahora? ¡Es tu jefe, vas a tener que verlo de nuevo mañana...!
Lo sé, y no voy a aceptar que me presione. De hecho, voy a renunciar.
¿¡Quéee!?
Sí, así como lo oyen. Y no sólo por eso, si no que también porque siento que no he he-cho un buen trabajo como profesora, que ya no estoy para estos trotes.
Pucha...
Además, creo que ya los he molestado por mucho tiempo, así que creo que es momento de irme.
¡Nooo! ¿A dónde te vas?
A mi casa, la que tengo botada en Chillán.
¡Tu casa! ¡Pero hace siete años que está clausurada!
Sí. Yo fui. En un arranque de locura, cerré todo y me fui. Pero quiero volver...