#152: Luchando contra el aburrimiento - 2009-07-18
Al terminar el enfrentamiento con los perros, Pedro llamó a sus hermanos para que lo ayudaran a despertar a Rosa. Ella apenas abría los ojos, pero no podía despabilarse, y siguió durmiendo.
De más está decir que ninguno de los chicos había dormido bien, pero Rosa era la que estaba más cansada, pues se había quedado despierta cuidando a sus hermanos hasta tarde. Por otra parte, Eliana se había quedado dormida más temprano, y por eso no le costó tanto despertar.
Todos los intentos posteriores por despertar a Rosa fueron inútiles, y Hugo se la echó a la espalda para que siguieran caminando. Entre él y Pedro hicieron turnos para acarrearla.
Rosa sólo logró despertar poco más de una hora después, cuando Pedro volvió a intentar despertarla para continuar el viaje sin tener que seguir cargándola. Ya habían avanzado un largo trayecto alternándose la carga entre él y Hugo, y ya se veían cansados de ello.
Luego de que Pedro y Hugo descansaran, y de que Rosa despertara, siguieron caminando, y luego de contarle a Rosa lo sucedido, comenzaron a hablar de cualquier cosa que se les ocurriera, para no aburrirse...
Aunque, francamente, el paisaje era más bien monótono, parecía ser un bosque interminablemente largo, lejos de todo signo de civilización. La cordillera de los Andes parecía un signo de orientación, ya que usualmente corría de norte a sur; sin embargo, no parecían haberse alejado mucho, incluso la montaña que presidía sobre ellos parecía ser la misma de ayer antes de que le pidieran a la señora gorda que los llevara...
Al poco andar, se comenzó a escuchar un chicharreo, cuya fuente no supieron determinar. Poco después, el chicharreo se hizo más y más intenso, permitiendo discernir entre el molesto ruido unas voces muy antiguas y románticas...
" ¡Oh, niños! ¡Miren! ¡Se me había quedado prendida la radio! ¡Y se escucha de nuevo! "
" No había notado que tenías una radio... " - Hugo señaló.
" Yo tampoco me acordaba que la había traído... "
" Esas son buenas noticias. " - indicó Eliana - " Si la radio se escucha, debe haber alguna antena repetidora por aquí cerca, o una ciudad. "
" Y la encontraremos. " - Pedro prometió, confiado - " Súbele el volumen, para que escuchemos todos. "
La radio no se escuchaba muy bien, pero aún así era mejor que nada. Decidieron seguir la ruta hacia donde se sentía mejor la señal, de modo de tener alguna esperanza de encontrar ayuda cerca... Ya no era necesario seguir hablando de tanta tontería, pero aún faltaba algo...
" Rosa... "
" ¿Sí, Hugo? "
" ¿Qué radio es esa? "
" Pues la "Aurora", la que escucho siempre... "
" ¡Pues pone la "Rock n' Pop"! " - Hugo y Pedro clamaron, al unísono.
" ¿Eh? Pero... "
" ¡Sí, pone la Rock n' Pop! " - Eliana añadió - " ¡Eres una jovencita de 12 años, no una vieja cuarentona! ¡Escucha música acorde a tu edad! "
" Como quieran... "
Entonces, Rosa decidió caminar un poco más atrás de sus hermanos y, mientras ellos vacilaban con King Africa, Jovanotti, Los Fabulosos Cadillacs, La Pozze Latina, Los Auténticos Decadentes y otros que fueron exitosos durante la primera mitad de los 90s, Rosa seguía tarareando baladas románticas añejas de José Luis Perales, Ana Belén, Mocedades, Paloma San Basilio, etc...