#248: Educación física - 2011-11-07

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Una vez finalizado el recreo, los niños del Sexto A se fueron a cambiar de ropa para iniciar la clase de Educación Física. La clase, como era usual, empezaba con un trote de 10 minutos.

No al mucho andar, Eliana fue llamada por el profesor, quién le ordenó detener el trote.

- " ¿Sucede algo, profesor? "

- " Ven aquí. "

Eliana se acercó al profesor, muy desconfiada.

- " ¿Cómo te llamas? "

- " Eliana Martínez. "

- " ¡Pues mírate lo flaca que estás, niña! ¿¡Cómo esperas que te deje hacer ejercicio si estás en esa condición!? "

- " Ah... es eso... Sabía que esto iba a pasar. "

Eliana se tapó la cara, muy afligida. El profesor no supo que decir.

- " No soy anoréxica, profesor. Al contrario, me alimento muy bien ahora. De lo contrario, no podría tener este cabello, se pondría feo y se caería solo. ¿No cree que es muy lindo mi cabello? "

- " Bueno, sí... y tan largo que lo tienes... pero aún así... "

- " Hay muchas cosas que hago para que mi pelo crezca así. La actividad física también ayuda, ya que aumenta el flujo sanguíneo a los capilares. Además que me gusta hacer actividad física, me hace sentir bien. "

El profesor la quedó mirando, atónito. Nunca había conocido a una niña así.

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- " Profesor, ¿Qué puedo hacer para que me permita continuar en la clase de Educación Física? "

- " Bueno, este... la verdad es que tienes una disposición admirable, y me diste muy buenas justificaciones, aunque no comprendo tu afán por tener el cabello tan largo... ¿No te molesta tenerlo así? "

- " Bueno, a decir verdad, es difícil mantener un cabello así, pero me encanta mi cabello, y sería muy terrible para mí volver a tenerlo corto... "

Al decir esto, Eliana se sintió insegura de sus propias palabras. ¿En verdad era esto lo que ella quería? ¿O simplemente estaba presa de una absurda obsesión, gatillada por un capricho infantil llevado al límite?

Se vio a sí misma ese día de Enero que volvieron a casa tras perderse. Luego de bañarse y lavarse el pelo, tuvo que deshacerse de una porción no menor de él, maltratado por el viaje, la suciedad y el dormir a la intemperie. Se vio a sí misma con lágrimas en los ojos, forzándose a cortar lo dañado, y se convenció de que no era un simple capricho.

- " Niña, puedes seguir en la clase. Continúa con el trote. "

- " ... ¡Gracias, profesor! "

Luego del trote, el profesor sometió a los alumnos a una prueba de diagnóstico muy sencilla. Todos tuvieron buena nota, menos Andrea Torres.

Durante el siguiente recreo, Eliana continuó escribiendo sus consejos. Pero Andrea se le acercó, muy ofuscada.

- " ¡Tú! ¿Cómo es posible que puedas disfrutar de la clase de Educación Física? "

- " ¿Ah? " - Eliana respondió.

- " ¿Acaso no te cansas de trotar y hacer ejercicios durante tanto rato? ¿¡Qué no te duelen las piernas!? "

Eliana se puso de pie, sin decir nada. Dejó su cuaderno en el suelo, y luego trepó suavemente sobre la espalda de Andrea, poniéndose de pie sobre sus hombros.

- " ¿Te molesta el peso de mi cuerpo? " - Eliana preguntó a Andrea.

- " No... ¡No pesas casi nada! "

Andrea entonces sostuvo el cuerpo de Eliana, tomándola en brazos como a una guagua.

- " ¡Eres tan flaca! ¡Estás en los puros huesos! ¡Mis brazos se ven enormes al lado de tu cuerpo! ¡Me das mucho miedo, Eliana! "

Eliana entonces se puso de pie, y luego trató de levantar sobre sus hombros el cuerpo de Andrea.

- " ¡Ay, Eliana! ¡Mi guata! "

- " Lo... mismo... digo... "

- " ¡No! ¡Bájame! ¡Me aprieta mucho! "

Luego de depositar a Andrea de vuelta sobre el suelo, Eliana colapsó, atinando apenas a recoger su pelo con sus brazos antes de que éste tocara el suelo, y quedando sentada sobre el suelo con las piernas

- " ¡Eli! "

Eliana se quedó inmóvil, con los ojos bizcos, sin atinar a responder a Andrea. Andrea tampoco atinó a hacer nada. Sólo reaccionó al toque de campana para volver a clases.

- " Andrea... necesitas la clase de Educación Física más que yo. Tienes un problema muy serio... "

- " ¡Sí sé! ¡Mi hermana también es flaca, y siempre me molesta porque estoy gorda! ¡Yo también quiero bajar de peso...! ¿¡Pero por qué todo en la vida tiene que ser tan difícil!? "

Andrea entonces se puso a llorar y se fue a la sala. Eliana no le dijo nada más. Sólo pensó lo siguiente:

- " ...Si alguna vez te hubieses esforzado por algo, Andrea... "