Eliana: Hermanita...

Eliana: Tengo que hacerte una muy grave confesión...

Eliana: ¡Rafael me invitó a salir!

Rosa: ¿Y?

Eliana: ¡Le dije que sí, y salimos!

Rosa: ¿Y eso qué tiene de malo?

Eliana: ¿No que te gustaba? ¿No que tú querías pololear con él?

Rosa: Bueno, sí, pero...

Rosa: De hecho, sí, estuve enamorada de él... pero siempre me vio sólo como una ami­ga. No se puede obli­gar a nadie que te quiera. El amor es cosa de dos, y si uste­des se gustan yo no los voy a detener.

Rosa: Además, no podía superar mis notas si no me olvidaba de él... Por otra parte, creo que eres mejor para él que yo. Rafael necesita una chica sensata, inteli­gente, no un atado de lágrimas como yo...

Eliana: ¡¡¡IMPOSTORA!!!

Eliana: ¡Yo nunca le haría algo así a mi hermanita!

Rafael: ¡Ay, me asustaste!

Eliana: ¿¡... Rafael!?

Rafael: ¡Te iba a des­pertar, pero despertaste de golpe!

Eliana: ...

Eliana: ¿Escuchaste algo de más?

Rafael: ¿Escuchar qué? ¿Dijis­te algo en tus sueño?

Eliana: ... Olvidalo.

Rafael: ... Por cierto, hay algo que debo confesarte... pero no quiero que le digas a Rosa.

Eliana: ¡Anda a confe­sarte a una igle­sia, desgracia­do! ¡Si sé que le has hecho daño a mi hermana, TE DESTRUIRÉ!

Rafael: ...