#428: En el camino de la ladera de un cerro - 2017-06-27

image

— Hugo… — le pregunta María — ¿Sucede algo?

— Ay, ya me estoy aburriendo de tanto caminar. ¿Cuánto falta?

— ¡Y dale con eso! ¿Para qué viniste?

— ¡No creí que fuera tanto! ¡No estoy acostumbrado a caminar tanto!

— ¡Pues aprende a dimensionar tus palabras, Hugo! « ¡Llévamos a conocer la montaña!», decías. Pues aquí estamos, así que ¡andando!

— ¡Oh, rayos!

Ya estaban sobre los 1200 metros de altura, y una suave brisa fría moderaba las temperaturas; mientras en la localidad de Abanico habían 29°C, en el camino que habían tomado la temperatura era de 14°C, lo cual era más frío de lo esperable a esa altura. A lo lejos se divisaban unos pocos picos nevados, que de no ser por el crudo invierno de 1995 ya estarían desnudos. Pero aún faltaba mucho por avanzar.

Rosa se mantenía silenciosa, con una sonrisa en su cara y la mirada fija al frente. Esto inquietaba mucho a Pedro. Eliana, eternamente aburrida de esperar que sus hermanos caminen, ya había explorado una fracción importante del parque nacional Laguna del Laja, en solitario, desde las alturas.

— Eliana. Mira a Rosa.

— … Uy, esa cara.

— Me da miedo esa sonrisa.

— … Sí, parece que… Oye, Rosa.

Rosa no contesta, hasta que Pedro la zamarrea.

— Estoy bien, niños. — finalmente contesta Rosa — Estoy mejor que nunca.

Una lágrima cayó de uno de sus ojos, pero Rosa mantuvo su sonrisa, absorta en sus propios pensamientos.