#421: Tocadiscos - 2017-01-24
14 de febrero de 1996. Después de 10 días de arduo trabajo, la casa de María Sepúlveda ya se encontraba en buen estado. La maleza había sido retirada, el techo reparado, las paredes pintadas, el piso limpio y encerado, y la basura retirada. Lo único que faltaba por limpiar era la piscina, pero ya no había tiempo, ya que todos, sobre todo Rosa, querían viajar cuanto antes a la montaña.
María y sus tataranietos decidieron tomar un día de descanso. De almuerzo hubo jurel con cebolla, tomate, arvejas y choclo. De postre hubo helado. Después de eso, reposaron.
A las 17:00, María llamó a los tataranietos, porque quería mostrarles algo que, con la cabeza puesta en reparar la casa, habían olvidado. A un costado de la casa, había un contenedor de color naranja, con la etiqueta de NYK, una compañía de transporte japonesa. María había comprado ese contenedor durante principios de los años 80s, y había guardado muchas de sus cosas de valor ahí.
El contenedor estaba cerrado con un candado que ya estaba oxidado. María tenía la llave, pero no pudo abrirlo. Pedro trajo un martillo y le dio un sólo golpe; el candado se abrió solo. Entonces, pudieron entrar.
El aire dentro del contenedor estaba enrarecido, y el olor a viejo que salió de ahí fue más que molesto. Lo bueno es que no se veían telarañas. Luego de esperar que se ventilara, lo primero que hicieron fue sacar un tocadiscos antiguo que estaba guardado ahí, junto con muchos discos de vinilo, principalmente de la Nueva Ola de los años 60s y 70s. Al enchufarlo a un alargador, descubrieron que aún funcionaba. El primer disco que pusieron fue el LP “Agua con Amor” de la banda uruguaya Los Iracundos.
- “ ¿No tienes música más antigua? ” - preguntó Pedro.
- “ Nunca fui muy fanática de la « música típica », que era lo que más se escuchaba acá entre las décadas de los 20s y los 40s. ”
- “ ¿Música típica? ”
- “ Los Cuatro Huasos, Los Huasos Quincheros, Los Cuatro Cuartos, Silvia Infantas y los Cóndores... ese tipo de música. Doy gracias a la vida porque vino Violeta Parra a cambiarlo todo. Sí, fue en los años 50s que comenzó la música chilena como la conocemos ahora, incluyendo la nueva ola, el rock and roll, el pop, los boleros, las baladas, la fusión latinoamericana, etc. Antes de eso, no había más que huasos. ”
- “ Vaya... ”
- “ A Luis Emilio le gustaba la cueca chilota, el vals chilote, El Costillar, la sirilla y todo lo que se le parezca. En realidad él era fanático de todo lo que tuviera que ver con la isla de Chiloé, y siempre íbamos de vacaciones, aunque nunca dejamos Chillán. ”
- “ ... Y a ti no te gustaba... ”
- “ Eso no es tan cierto, aunque tampoco era fanática. Sí me gustaba cuando me llevaba a conocer nuevos lugares, cuando comíamos cosas diferentes, etc. A mí siempre me atrajo la magia del sur, aunque la música me parecía anticuada. De todos modos yo bailaba todas esas cosas; ahora no me acuerdo de ni un paso. ”
- “ Bien por ti. En la escuela aún nos tratan de enseñar esas danzas folclóricas. Por mi que se quedaran en sus tiempos, cuando no había otra cosa. ”
- “ No había otra cosa, bien dicho. Porque lo que es yo, no me imagino un mundo sin rock. ”
- “ Ni hip-hop. ¿En serio que no había otra cosa más que bailar? ”
- “ Bueno... también existía el tango y la música clásica, pero acá no se escuchaba mucho. Por cierto, el hip-hop es de ahora no más. Hasta donde yo sé, no existía en 1987, al menos no aquí en Chile. ”
- “ Culpa del gobierno militar, que aisló a Chile del mundo. ”
- “ Cierto. Pero no hablemos de eso. Tengo otras cosas que mostrarles aquí. ”
Junto al tocadiscos había una máquina de escribir de los años 30s, una balanza, algunos relojes, un molinillo de café, una máquina de coser, una cajita musical, una cámara fotográfica, una prensa, una plancha, algunas latas de galletas danesas con diversos cachureos pequeños, y algunos baúles que María prefirió no abrir.
Detrás de ellos, un mueble grande, una biblioteca llena de libros. Había que girarla para poder acceder a los libros. Y antes que eso, había que sacar todo lo que había por delante en el contenedor... ”